miércoles, 7 de julio de 2010

LOS “ADENOW” EN SIERRA DE CAZORLA O CÓMO HACER DE UN PASEO UNA AVENTURA

Publicado por Adenow - Crónica By Reyes Aznar - Fotos Alex.
Hacia las 8’00 am del pasado sábado 26 de junio comenzó nuestra andadura de fin de semana con salida desde la Fuente Elíptica.

Con el equipo de los BTT “bici-pandi”, Juanito y Benito, que iban a emprender marcha con sus superbicis voladoras a partir de… y al que no le perdimos la pista en todo el trayecto, intentando la conexión vía móvil. Y el equipo Mercedes-Marrakech (el nombre hace honor al coche de Antonio), compuesto por Antonio (Corri) al volante, Reyes (Acer) de copiloto, Ángel (Mangueras) al sueño mañanero y Álex (Chinchetas/Sansonite)… en fin, Álex a sus cosas. Y bueno, cuál fue nuestra sorpresa cuando, al internarnos en la Sierra de Cazorla comenzamos a oler dentro del coche gases extraños, como de combustión, y al mirarnos entre nosotros y comprobar que ninguno había sido el causante pudimos caer en la cuenta de que se tenía que tratar del Mercedes-Marrakech; y es que de las ruedas ¡¡salía humo!! Vamos, que la cosa se puso muy pero que muy caliente. Y efectivamente, íbamos
cuesta abajo y sin frenos, en el sentido más literal.

Paramos junto a “Hornos el Viejo” (Jaén) para esperar a que el motor o explotara o se enfriara y allí conocimos a Aquilino,

Un amable lugareño con el que conversamos animadamente; le deseamos desde aquí que la paliza que le dio su mujer con la estera por llegar tarde a casa no fuera muy fuerte, y es que, amigos, en la “España Profunda” las mujeres no se andan con tonterías. Ya fuera de peligro, nuestro intrépido grupo puso rumbo de nuevo al camping “”, donde nos encontramos con Antonio Sánchez (sí, sí, el de Barranda) con toda su familia, pasando un tranquilo fin de semana hasta que llegamos nosotros. Mención especial
merece el más pequeño de la familia, Antonio David, que se hizo el rey de toda la ruta por su chispa y su desparpajo.

A las 16’00h llegaron al camping nuestros monitores de la actividad de barranquismo, Manolo y Gerardo, unos tipos muy majos. Juanito y Benito (Los hijos del viento), que nacieron con el don de la oportunidad, llegaron justo a tiempo de unirse a la expedición, para alegría de todos.

Una vez aprovisionados con el equipo Álex, Ángel, Benito, Antonio (“Corri”), Juanito y yo descendimos el barranco entre paredes y saltos en un total casi 4 horas, cuando lo
normal es poco más de una hora y media, debido a la novatada que supuso para mí; hasta el pasado sábado yo había sido “virgen” en eso del rappel y los saltos “al abismo” en las pozas. Aquí hago un alto y tengo que decir que todos los chicos se portaron estupendamente conmigo y que me trataron como a una reina. ¡Gracias por vuestra paciencia!

A la salida del barranco varios conductores de la zona y sus familias pudieron comprobar en directo el “material” con el que contamos en el club, y es que a dos de los nuestros no se les ocurrió otra cosa que ponerse como su madre los trajo al mundo cuando se quitaron el neopreno (ejem, mejor no dar nombres). Nuestros monitores alucinaron bastante porque cuando no era el exhibicionismo de Ángel y Antonio (uy, ya se me ha escapao), unos se tiraban encima de otros en medio de la carretera.
Después de la cena el equipo “barranco” decidió salir en inspección (6 en un coche) por el pueblo de Coto Ríos, a menos de un kilómetro del camping, pero nos tuvimos que volver con las mismas porque una de dos, o los del pueblo se acuestan muy pronto o les da miedo salir de noche. Sólo por las risas en el coche en el camino de vuelta mereció la pena el viaje. Por lo demás, la noche transcurrió sin incidentes. “¿Eso que oigo es roncar?...”

El domingo amaneció un día claro y el equipo BTT (Los hijos del viento) montaron en sus bicis y comenzaron el camino de vuelta.

El resto, con Antonio y su familia, hicimos una ruta de senderismo de cerca de unos 8 km por el Borosa, un río helado en el que nos bañamos a lo largo del recorrido, entre truchas y abundante vegetación.

Paramos a comer en “La Huerta Vieja”, (zona de acampada libre) un lugar plagado de leyendas y con Antonio (“Corri”) para amenizarnos la sobremesa con sus historias. Finalmente, el equipo BTT y el Mercedes-Marrakech volvimos a casa sanos y salvos

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