Morety
Una vez más el mundo caballista se ha dado cita para compartir un día de convivencia y hablar de las próximas Fiestas de los Caballos del Vino.
La peña Minipua continúa en este año las celebraciones por su treinta aniversario, si el pasado día 26 de febrero colocó en la Plaza de los Caballos del Vino una placa que así lo atestigua ahora lo hace con una actividad más la X Ruta Ecuestre Tercia de Ulea.
Como ya viene siendo habitual, en esta convocatoria que realizan anualmente, más de medio centenar de caballos y jinetes se dieron cita a primeras horas de la mañana en el lugar de partida, el Templete, para dirigirse posteriormente a uno de los parajes entrañables de la ciudad, los merenderos de abajo del Nevazo, situados en la pista forestal que asciende al observatorio del Nevazo.
Toda la ruta se encontraba transitada por amplios grupos de personas que decidieron acompañar a los jinetes a pie, a su llegada a los merenderos los jinetes se sumaron a los asistentes a pie, que superaban el centenar, junto a los distintos componentes de la peña que se encontraban en dicho lugar preparando el suculento almuerzo para los asistentes a la prueba, se sirvieron distintas bebidas y degustaron de un buen almuerzo campero que sirvió para reponer fuerzas ya que tras el mismo se disputó el ya tradicional concurso de cintas.
La peña Minipua continúa en este año las celebraciones por su treinta aniversario, si el pasado día 26 de febrero colocó en la Plaza de los Caballos del Vino una placa que así lo atestigua ahora lo hace con una actividad más la X Ruta Ecuestre Tercia de Ulea.
Como ya viene siendo habitual, en esta convocatoria que realizan anualmente, más de medio centenar de caballos y jinetes se dieron cita a primeras horas de la mañana en el lugar de partida, el Templete, para dirigirse posteriormente a uno de los parajes entrañables de la ciudad, los merenderos de abajo del Nevazo, situados en la pista forestal que asciende al observatorio del Nevazo.
Toda la ruta se encontraba transitada por amplios grupos de personas que decidieron acompañar a los jinetes a pie, a su llegada a los merenderos los jinetes se sumaron a los asistentes a pie, que superaban el centenar, junto a los distintos componentes de la peña que se encontraban en dicho lugar preparando el suculento almuerzo para los asistentes a la prueba, se sirvieron distintas bebidas y degustaron de un buen almuerzo campero que sirvió para reponer fuerzas ya que tras el mismo se disputó el ya tradicional concurso de cintas.
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